Precandidato a gobernador de Santa Fe por Juntos por el Cambio, dice que nunca va a salir a criticar a su rival en las PASO. Su estrategia en Seguridad y las “tres provincias en una”.
¿Cuánto tiempo de su vida le está dedicando al armado de su precandidatura a gobernador en Santa Fe?
Le estoy dedicando mi vida a la campaña provincial. Arranco de noche, en la madrugada, y termino también de noche, haciendo actividades, porque quiero ser el próximo gobernador de la provincia de Santa Fe.
¿La interna de Juntos por el Cambio para la gobernación puede dejar heridos hacia las generales si siguen con el fuego cruzado con Carolina Losada?
Para mí el adversario es el kirchnerismo, en la provincia y en la Nación. Por eso de mi parte nunca vas a buscar ni encontrar ninguna declaración en contra de Carolina Losada, Mónica Fein, o de otros adversarios de la coalición política a nivel nacional o provincial. Yo el 17 de julio, si gano las PASO, voy a estar convocando a todos los sectores que participaron de la interna y que pretendan cambiar Santa Fe. Hay que mirar siempre para adelante y no detenerse en cuestiones que terminen siendo secundarias. La prioridad es ganar el gobierno provincial y aportar al proyecto nacional para que también pueda ganar.
Losada fue muy dura con Usted, denunciando cierta pasividad a la hora de combatir el narcotráfico cuando era ministro de Seguridad provincial.
Primer punto. Mi preocupación es el narcotráfico y el crimen organizado en Santa Fe, que son quienes de manera permanente me generan operaciones, fake news, vandalizan los afiches que tengo, los mandan a arrancar, me amenazan disparando 19 balazos a un banco y poniendo carteles que dicen “Pullaro, dejá de hablar de los narcos”. Lamento profundamente que mi rival en la interna termine subida a esos argumentos que llevan adelante organizaciones criminales que no quieren que vuelva al poder. Cuando fui ministro me tocó detener a las principales organizaciones narco de la provincia. Desde ahí se genera una usina de intento de desprestigio de mi persona. Carolina lamentablemente se sube a esa campaña en mi contra.
¿Habla con Losada?
No, pero hablé mucho con ella. Y de hecho Carolina públicamente ponía en valor mi gestión como ministro de Seguridad. Por eso me llama la atención que una persona que hablaba muy bien de mí hace seis meses, ahora porque es una rival habla mal. Pero bueno, eso habla de ella, no de mí.
Convivió en funciones con Patricia Bullrich, usted como ministro de Seguridad provincial y ella nacional. Ella ahora apoya la candidatura de Losada. ¿Cómo está la relación entre ambos?
Mi relación con Patricia Bullrich es muy buena. Hablamos las últimas dos semanas, cuando salió a respaldarme en programas y medios nacionales. Hay un grupo del PRO que la apoya a Losada, pero también hay otro que me apoya a mí. Las idas y vueltas que hemos tenido con Bullrich fueron lógicas, porque naturalmente siendo ministro de una provincia demandaba más recursos al Estado nacional, que a veces no te los puede dar. Ella colaboró muchísimo con nosotros, la valoro mucho porque trabajó espalda con espalda y logramos bajar la inseguridad mes a mes mientras gestionamos.
Muchos políticos nacionales parecen querer colgarse la medalla de llevar como cabeza en Santa Fe a Maximiliano Pullaro, por su gestión como ministro. ¿Su candidatura responde a Martín Lousteau, a Horacio Rodríguez Larreta o a ambos?
Yo soy un militante convencido de Evolución, comprometido, que cree que Martín Lousteau es una de las mentes más brillantes y que desea que en algún momento sea nuestro candidato a presidente. Gisela Scaglia, la precandidata a vicegobernadora que me acompaña, es una mujer que pertenece al PRO, el espacio de Rodríguez Larreta. Pero yo creo que Martín es de lo mejor que ha dado la política argentina en los últimos años: superformado, solidario y que cree en la política como herramienta de cambio y transformación. Afectiva y políticamente estoy cerca de Lousteau.
¿Lousteau tendría que haber sido candidato a presidente este año?
Yo tenía la expectativa de que él fuera un presidenciable. Creo que entendió que tenía que competir en la Ciudad y terminó siendo correcto porque todo indica que va a ser el jefe de Gobierno. Desde ese lugar va a seguir armando una posición que le va a permitir al radicalismo volver al gobierno nacional.
Más allá de la precandidatura de Facundo Manes, ¿tendría que haber jugado el radicalismo con un postulante único para las presidenciales?
No, no lo creo. Nosotros acá estuvimos muchos años trabajando dentro de una gran coalición como el Frente Cívico y Progresista. Yo lo que quiero es que ganemos las elecciones en el orden nacional. Si tuviéramos un candidato radical con condiciones de disputar la presidencia jugaría todo ahí. Pero el objetivo principal a nivel nacional es que gane Juntos por el Cambio. Yo tuve buenas experiencias siendo parte de coaliciones, con Miguel Lifschitz, creo en eso, y quiero ganar, tener el poder a nivel nacional.
¿El Frente de Frentes en Santa Fe se hizo demasiado amplio incluyendo al socialismo?
Yo lo veo muy bien. Es un frente que se hizo muy fuerte, que se consolidó desde las bases, desde lo local. Por lo cual sería una picardía, un error de diagnóstico político si no hubiésemos ido juntos. El avance en la organización del frente político nos va a dar el triunfo en Santa Fe, con Juntos por el Cambio y el Frente Progresista unidos. Genera muchísimas expectativas en la dirigencia política y en todo el activo de la provincia. Porque va a ser un buen gobierno, en los sectores productivos, del campo y del comercio. Hay buena vibra.
¿No quedó marcado el socialismo en Santa Fe, después de no haber encontrado una respuesta a la problemática del narcotráfico?
El socialismo tiene mucho para dar como partido político. Gobernó 30 años la ciudad de Rosario, cambiándola, y 12 años la provincia de Santa Fe. Llevó adelante muchas transformaciones y le va a ir bien en estas elecciones. Va a tener espacios de decisión como va a tener cada uno de los partidos políticos.
¿No están subestimando al peronismo santafesino, que es gobierno y viene siendo competitivo en las últimas elecciones?
En Santa Fe el peronismo siempre es competitivo. El desafío está en focalizar los errores que ha cometido Omar Perotti como gestor público, los problemas de inseguridad, de educación y salud que hubo, así como también la falta de políticas productivas en una provincia que tiene una potencia muy grande. No hubo políticas de articulación con el campo, con el comercio. No le dieron bola y fue un error.
A veces parecería ser que la única problemática importante de Santa Fe es la seguridad y que sólo repercute en Rosario
Hay tres provincias dentro de Santa Fe. Una es Rosario, donde tenemos muy claro qué hacer con el narcotráfico y cómo enfrentar a las organizaciones criminales. Yo soy el que siendo ministro metí preso a Los Monos, a los Alvarado, a los Funes, a los Romero, al 90% de las organizaciones criminales que tenían altos niveles de impunidad. Yo, como ministro de Seguridad, con Lifschitz, que era un gobernador que me apoyaba. Eso hay que volver a lograrlo en Rosario. Después está la capital provincial, una ciudad en la que hay que trabajar mucho para que tenga una burocracia que sea efectiva, una administración pública y un sistema productivo que funcione. Y como tercera pata está el interior de la provincia, con el campo como motor empujando a la industria y al comercio. Trabajando mucho en esos tres aspectos la provincia de Santa Fe en cuatro años va a liderar el cambio de modelo que necesita la República Argentina.
¿Aporta mucho y recibe poco Santa Fe?
El modelo populista actual nos saca recursos. El año pasado Santa Fe aportó el 13,6% de todos los recursos del Estado nacional y le volvió sólo el 6,2%. Eso tiene cambiar.
¿Al Gobierno nacional no le importa la pelea de Santa Fe contra el narcotráfico?
Ni el gobierno nacional ni el provincial pelearon contra el narcotráfico, se resignaron a dar esa pelea. Sabina Frederic lo primero que hizo fue disolver la secretaria de investigaciones y delitos de narcotráfico. Los controles de ingreso de droga a Argentina se flexibilizaron todos, son mucho más laxos. El impacto de eso es el ingreso de la droga por aire, que los aviones que vienen hoy desde Paraguay tiran la droga desde el aire en Santa Fe, en Entre Ríos y en la provincia de Buenos Aires. Corrieron a Gendarmería al interior del país, por lo cual aumentó el ingreso de estupefacientes también por tierra.
¿El de Alberto Fernández no fue entonces un gobierno federal como él dice?
No, es un gobierno que se ha concentrado mucho en el Conurbano bonaerense. El otro día leí un informe que mostraba que a un vecino de Rosario por transferencias le llegan $ 123 y que un vecino de Esteban Echeverría o Almirante’ Brown recibe $ 7.000. Eso se da en todos lados. Es un gobierno que tiene muy bajo nivel de gestión en todas las problemáticas, que desatiende lo que tiene lejos. El interior se ha visto perjudicado con eso.
¿Juntos por el Cambio, si es gobierno de nuevo, garantiza ese federalismo?
Juntos por el Cambio va a apostar al desarrollo del comercio, de la producción, la industria y el campo. Es por ahí el cambio de modelo, eso le va a venir muy bien al interior. Ya en el gobierno de Mauricio Macri hubo una política con una mirada mucho más federal que la que tiene el kirchnerismo. Pero hubo errores de diagnóstico que llevaron a no tener un manejo correcto de la economía, en función de las inversiones que creíamos que iban a venir y nunca vinieron. Pero a Santa Fe le fue mucho mejor con Macri. El kirchnerismo nos había descontado un 15% durante años. Hubo un fallo de la Corte Suprema que Macri nunca recusó cuando asumió el gobierno y empezó a cumplir la deuda que tenía Nación y a pagarnos la coparticipación como tenía que ser.
¿A nivel nacional, de cara a las presidenciales, ve un triunfo de Juntos por el Cambio holgado sobre el kirchnerismo en la provincia de Santa Fe?
Veo un triunfo rotundo, aquí el gobierno nacional está muy desgastado, no ha dado respuestas en ninguna materia. Cerraron las exportaciones de carne de un día para otro, aumentaron las retenciones de harina y de aceite de soja y dejaron afuera del debate de la Hidrovía a Santa Fe cuando de acá sale el 70% de la producción de granos del país. En materia económica nos perjudicaron y en política también: no bajaron un peso en obra pública.
El chico de Hughes que se fue a Rosario y creó la empresa de cadetería más grande de la ciudad
Gringo de campo, como la mayoría de los perfiles del interior santafesino, Maximiliano Pullaro tiene una historia bien particular para contar. Oriundo de la localidad de Hughes, en 1995 decidió dejar el pueblo e instalarse en la populosa ciudad de Rosario para, en simultáneo, estudiar Ciencias Políticas, y trabajar.
Sus padres eran productores agropecuarios que habían quebrado en la década del ’90 y tuvieron que vender el campo, lo que lo obligó a salir a buscarse sus propios recursos en la ciudad, primero trabajando de mozo, y luego como cadete. A los dos años de haberse instalado en Rosario, dice Pullaro, ya había creado la que posteriormente sería la empresa de cadetería más grande de toda la ciudad, con 60 empleados.
“A partir de ahí hice de todo, empecé a invertir en el sector privado, trabajé en el transporte de cargas y tuve una constructora”, cuenta Pullaro, que recuerda con especial añoranza esos años en los que hacía malabares para poder estudiar la carrera que había elegido y, también, mantenerse activo en la militancia partidaria, en el radicalismo santafesino. Fue en 2011 cuando le ofrecieron por primera vez ser candidato a diputado provincial.
No obstante, a Pullaro se le dibuja una sonrisa cada vez que habla de su infancia en Hughes, pueblo del que es originario también el ex jugador de River, Ignacio Scocco. “Maxi”, en cambio, es hincha de Boca y no tiene simpatía ni por Newell’s ni por Rosario Central. “Es una ventaja”, reconoce, siendo dirigente político en una provincia en la que la grieta futbolera rosarina motiva dolores de cabeza constantes en materia de seguridad.
De su pueblo, recuerda especialmente la etapa escolar. “En los pueblos prima la democracia. El hijo del más rico comparte la escuela con el hijo del más pobre, se juntan todas las clases sociales, los que tenían mucho campo y los que no tenían para comer y tenían que ir a pedir al comedor. Fue una experiencia hermosa, impresionante, haber crecido así, compartiendo todos la canchita o el monte”, rememora.