La inseguridad es un problema que preocupa cada vez más a los vecinos de Las Toscas. Comerciantes, talleres, microemprendedores y ciudadanos comunes sufren a diario robos y hechos delictivos, mientras el Estado local parece incapaz de dar respuestas concretas. En este contexto, uno de los actores políticos que hoy levanta la voz contra la creciente ola de delitos es Nelson Sánchez, actual candidato a intendente por el Partido Justicialista. Sin embargo, su postura actual contrasta con las decisiones que tomó cuando tuvo la oportunidad de impulsar soluciones reales.

Hace aproximadamente un año, Sánchez ocupaba el cargo de presidente del Concejo Deliberante de Las Toscas. En ese momento, el cuerpo legislativo debatió la implementación del programa de seguridad “Ojos en Alerta”, un sistema de monitoreo y participación ciudadana diseñado para mejorar la prevención del delito mediante la colaboración entre vecinos y fuerzas de seguridad. No obstante, lejos de apoyar la iniciativa, Sánchez votó en contra del proyecto, impidiendo su implementación en la ciudad.

El tiempo pasó y la situación de inseguridad no hizo más que agravarse. Ahora, en plena campaña electoral, el mismo Nelson Sánchez se muestra “profundamente preocupado” por la problemática. En distintos medios de comunicación, expresa su inquietud por los robos y la falta de seguridad en Las Toscas, como si su papel en el Concejo Deliberante no hubiera tenido incidencia alguna en la realidad que hoy denuncia.

Este evidente doble discurso expone una contradicción insalvable: cuando tuvo la posibilidad de actuar y aportar soluciones, se opuso a un programa que, si bien no sería la solución definitiva, al menos representaba un intento por mejorar la seguridad en la ciudad. Sin embargo, ahora, en busca de votos, usa el tema como bandera de campaña, demostrando la cara más cruda de la hipocresía política.

La política debería ser un espacio de compromiso y coherencia, donde las palabras y los hechos vayan de la mano. Pero el caso de Nelson Sánchez deja en evidencia una actitud oportunista que decepciona a los ciudadanos. ¿Cómo puede alguien que bloqueó herramientas de seguridad pretender ser la solución a un problema que él mismo ayudó a profundizar?

Los vecinos de Las Toscas merecen dirigentes que trabajen por la seguridad desde la gestión, no solo desde los discursos de campaña.