La vicegobernadora electa y futura presidenta de la cámara de senadores de la provincia de Santa Fe Gisela Scaglia posteó en redes sociales su alegría tras recibir la maestría en políticas públicas.
Scaglia una joven mujer de la política santafesina, que conformó la fórmula junto a Maximiliano Pullaro que se llevó más de un millón de votos en las elecciones provinciales y que es oriunda de la localidad de Gálvez, se ha ganado el cariño y el corazón, no solo de los dirigentes del espacio “Unidos para cambiar Santa Fe” del centro – norte provincial, sino también de la gente común que la conoció y que pudo dialogar con ella durante el trayecto de la campaña electoral.
Scaglia a quien se la reconoce como una mujer fuerte, con convicciones claras y con una sencillez que asombra, al menos eso es lo que plantean los dirigentes que compartieron la campaña con ella y también los ciudadanos comunes que no participan de la política y que tuvieron la oportunidad de conocerla. A recorrido incansablemente cada uno de los puntos de la invencible provincia de Santa Fe, y en el norte ha estado presente en un sinfín de oportunidades, no solo acompañando a los dirigentes que representaban al espacio en las localidades, sino también manteniendo un contacto directo y sincero con la población en general y con los medios de comunicación.
En las últimas horas la propia Gisela Scaglia posteo en las redes sociales su alegría tras recibir la maestría en políticas públicas, lo destacable es que a pesar de haber atravesado una campaña electoral tan intensa como la que tuvimos durante este año, también pudo avanzar en su capacitación profesional.
A continuación les dejamos textual el mensaje que la Vice Gobernadora escribió en la red social Instagram:
LO LOGRÉ..
Con mucho esfuerzo y estudio terminé mi Maestría en Políticas Públicas.
Lo que leas abajo es el agradecimiento que expresé en mi Trabajo Final y que resume un poco de que fue mi paso por la maestría
A quiénes la pandemia nos transformó.
La pandemia de Covid-19 revolucionó nuestras reglas de convivencia, nos puso en alerta e intentamos sobrevivir. Muchas vidas se perdieron, muchas personas ya no son las mismas. Todos aprendimos algo. En todos hay una huella imborrable.
Cursé la Maestría de Políticas Públicas de manera virtual mientras transcurría la pandemia. Fueron días inciertos. Todos los días seguíamos los casos, nos preocupábamos por un familiar, un amigo o alguien cercano enfermo. Absortos, seguíamos las noticias y los datos. A muchos nos tocó despedir a seres queridos para siempre.
Agradezco el esfuerzo de haber migrado a la virtualidad inmediatamente, de continuar con el dictado de las clases y de seguir buscando la excelencia en medio de una crisis sin precedentes. Durante ese tiempo no sabíamos bien por cuánto sería la cuarentena. Como bien lo relataba Saramago, podrían ser cuarenta días como cuarenta semanas, o cuarenta meses, o cuarenta años. La virtualidad duró casi los dos años de cursada.
La cuarentena nos costó muchas vidas, generó una debacle económica, nos distanció, nos encerró y nos desconectó de los vínculos humanos. Y también nos sembró dudas, incertezas, y lamentablemente devolvió a la sociedad algunos estigmas que parecían superados. La sociedad no es la misma y, en términos de salud, muchas cosas deberán cambiar porque, aunque no sepamos cuándo ni cómo, otra pandemia puede estar acechándonos.
La salud global requiere de compromisos que podamos asumir de manera solidaria y responsable. En esta tesis quiero demostrar que el acceso a la salud es siempre una decisión política.