Luego del contundente revés electoral que sufrió Federico Pezz el pasado domingo 13 de abril en la ciudad de Las Toscas, el oficialismo local encabezado por el intendente Leandro Chamorro inició una serie de recortes drásticos en distintas áreas municipales. La derrota ante el joven concejal Iván Sánchez no solo sorprendió al oficialismo, sino que además dejó al descubierto el millonario gasto de campaña que habría superado los 400 millones de pesos, según estimaciones extraoficiales.

Con la elección perdida y los fondos públicos comprometidos, la gestión de Chamorro comenzó lo que muchos trabajadores definen como una “caza de brujas”. Programas culturales suspendidos, cierre total de la atención en Desarrollo Social y una ola de despidos en distintas dependencias municipales, como el Corralón y la Casa de la Cultura, marcan el inicio de una etapa de ajuste que golpea directamente a la comunidad y al personal municipal. Se estima que los cesanteados ya superarían los 70.

En este clima de tensión interna, trascendió que el intendente habría maltratado verbalmente a miembros de su gabinete, entre ellos a la secretaria de Desarrollo Social, Karina Castañeda, a quien responsabilizó con fuertes insultos por el resultado electoral. También se habrían producido escenas similares con otros funcionarios.

ASI LES DECIAN A LAS INTEGRANTES DE LOS TALLERES MUNICIPALES QUE NO COMENZARIAN

La derrota de Pezz dejó en evidencia el desgaste del oficialismo local y la desconexión con el electorado, que eligió de forma contundente una nueva alternativa. Sin embargo, el impacto no solo es político: preocupa a los vecinos el uso de fondos públicos en una campaña que terminó en fracaso y que ahora se pretende saldar con despidos y recortes en servicios esenciales.